De dónde nació esta idea
Nació de mi propia experiencia, de recorrer caminos difíciles y darme cuenta de que, en medio de todo, lo que más necesitamos es sostén y claridad.
Nació de mi proceso personal de sanación, de lo aprendido con mis hijos, con mis vínculos, con mis heridas, y de mi deseo profundo de transformar ese aprendizaje en algo que pueda servir también a otros.
Para qué nació esta idea
Esta idea nació para acompañar. Para darle a las personas un espacio seguro donde puedan mirarse, reconocer lo que sienten y recordar que no están solas en sus procesos. Nació para que, a través de herramientas simples y cercanas, cada persona pueda volver a sí misma, a su esencia, y encontrar formas más amorosas de transitar lo que vive.
El impacto de esta idea
El impacto está en las pequeñas transformaciones: en la calma que alguien siente al sacar una carta, en la claridad que llega después de una cápsula, en la fuerza que aparece al trabajar en un cuadernillo. El impacto es que cada persona pueda empezar a mirarse con más amor, con más compasión y con más confianza en sí misma. Y cuando alguien se transforma así, inevitablemente transforma también la manera en que se relaciona con los demás y con la vida.